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Sobre las fronteras

7 de diciembre de 2016

En ese momento, mi padre escondió su juventud. Hace unos dieciocho años. Lo recuerdo con nitidez: sentado en la gendarmería de Montélimar se pasó la mano por la cabeza y dijo “en la vida, todo es perder”. Nunca pensé que mi padre pudiera decir algo así. Él, la persona más joven y optimista que he conocido se sentía abatido, cansado; había bajado los brazos.

Una banda de ladrones había desvalijado nuestro coche en un área de servicio. Con los cristales rotos, los gendarmes nos aconsejaron no parar hasta llegar a nuestra casa. Íbamos mi madre, mi padre, nuestro perro Balú y yo; volvíamos a casa después de pasar el verano en las montañas de Suiza. Me senté al volante y llevé a mis padres hasta Valencia sabiendo que algo importante había muerto esa noche. Recuerdo cada minuto, cada conversación, cada silencio, cada pensamiento; recuerdo cómo aquella noche todo empezó a cambiar. Quizás ya lo había hecho antes, pero para mí esa noche es la frontera.

A partir de entonces, mi padre decidió vivir en el mismo lugar en que había escondido su juventud. Se resistió a perder la inocencia, la juventud, el ansia de aventura; se resistió a perderse, a dejar de ser quien siempre ha sido. Para conservar todo eso se vio obligado a levantar un muro, a establecer una frontera y no dejar entrar al resto del mundo, a lo cotidiano que, ya se sabe, es mucho y feo y  que aquella noche en Francia le había golpeado hasta empujarle a entrar, a encerrarse en su castillo. Lo demás, lo he visto crecer desde aquella noche. He aprendido que tras los muros solo hay olvido y que es mejor perder el alma a tratar de conservarla en una habitación cerrada. así lo he visto, así lo he vivido.

Yo soy un hombre de frontera, siempre camino entre dos mundos con la tentación de saltar hacia uno de los lados. Según la ocasión, según el viento. Y precisamente por eso, porque vivo aquí, en equilibrio, boca abajo, colgado como un murciélago, sé que los muros rompen la juventud y que solo se conserva la inocencia caminando sobre la alambrada.

Comentarios

  1. Rashid dice:

    Puede que temamos tanto el mundo del alrededor. Aqui en Occidente aprendemos a ir de aventuras sin haber entendido como funciona el mundo. Eso fue mi experiencia hasta que pudiera viajar en Argelia el pais de mis padres y esta vez sin ellos. Aprendi que se puede perder todo y alli culturamente y a pesar de ello hay que siempre ir p’alente.
    Me robaron dos veces este ano, incluso en mi querida Granada, me robaron anos de trabajo, me danaron la mente. Despitado, tenia que seguir con mi viaje. Por mi alma y voluntad, sabia que era imposible sacudir mis suenos.
    Establecer fronteras mentales no era aprender, era dejarlo para la proxima vez, y no queria que seria un reto tan debil. Necesitaba a la gente, al mundo, aceptarlo como era. Johnny Clegg escribio un cancion It is a cruel, crazy beautiful world’

  2. Gonzalo Arjona dice:

    Bellas palabras para definir algo tan duro como el aislamiento que se produce cuando alguien cáe hacia el lado más oscuro; tus palabras invitan a la reflexión. Que difícil es caminar por la delgada línea entre lo bueno y lo malo, entre la vida y la muerte sin caer a ninguno de los lados.
    Nunca cabemos cuando va a llegar el momento de la caida y normalmente, cuando se cae, son los otros los que lo ven y los que lo sufren.
    Encantado de leerte tocayo. Un abrazo.

  3. Erika dice:

    Siempre que puedo te leo gonzalo pero hoy en especial me senti identificada contigo… Bonito post…

  4. Marisa Longoria dice:

    Gonzalo, emocionada por tus palabras.
    Desde los 6 años amiga de tu madre y hemos compartido la vida siempre.
    Balu, Patras ….tantas cosas desde antes de que nacieras.
    Tu padre ….. El capitán mueres con su barco ….
    Nuestro aventurero favorito que guarda sus aventuras para sí mismo y de pronto le brillan los ojos en un recuerdo que ya no quiere porque su mundo está dentro de él y su muralla.
    Fantástico personaje, gran señor y sobretodo magnífico hombre y amigo
    Gracias por lo que escribes que es verdad y como siempre a vuestro lado.
    Fuerte y entrañable abrazo