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“La imaginación solo es el arte de combinar recuerdos”

5 de diciembre de 2019

Imagino un paseo recolectando recuerdos. Recuerdo cuando era niño y cortaba hierba para el caballo, recuerdo que estuvimos hablando al pie del muro de Berlín y recuerdo el día que bebimos un cóctel a orillas del Bósforo. Recuerdo cuando creía que 2+2 eran 4. Recuerdo haber caminado por las aguas, haber sido un héroe de guerra y el año en que estuvimos a la cabeza de la vanguardia literaria. Recuerdo haber visto tu sonrisa, pero no imagino cuándo. Recuerdo haber sido una cabra trepando con mis hijos por las rocas e imagino haberme sentado un día a escribir sobre las sombras verdes y la ausencia del tiempo.

La imaginación solo es el arte de combinar recuerdos”, dice Fernando Arrabal. Imagino haber conversado con él sobre combinar y recordar. Y descubro que en ese arte se mezclan los recuerdos vividos y los imaginados, los robados y los que llegarán dentro de unos años. La imaginación recoge recuerdos y modifica el tiempo. Como la memoria, que arde eterna creando el tiempo y paseando cien veces por cien nuevas ideas de un tiempo recuperado.

Imagino tumbarme en la hierba al final de la vida o al principio, eso no lo recuerdo, y seguir paseando por los tiempos que llegaran en cada salto de la memoria y el arte.

Imagino, recuerdo, cuento que he nacido, que he muerto, que he vivido y que si no lo he hecho siempre podré imaginarlo para recordarlo cien veces más. Una mala memoria crea muchos recuerdos para tener siempre alguno de repuesto; una buena memoria conoce el arte de combinar los que ha imaginado la mala memoria con los que ella nunca ha olvidado. Gracias a eso un hombre vive más de dos mil años y si tiene buena salud y una imaginación recolectora, quizás llegue a apagar el sol y ver morir el tiempo; quizás logre despertarlo después y encender las velas; quizás todo sea un instante imaginado demasiadas veces. Quién sabe, veré qué recuerdo.

En: Blog 1 comentario

Comentarios

  1. Álvaro de la Riva dice:

    Con el paso del tiempo soy más consciente de que quiero fabricar recuerdos aquí y ahora. Debo hacer cosas memorables, me digo, que luego pueda recordar, cosas gratas. Sembrar recuerdos es salir al encuentro de la vida, encontrar amigos, viajar, es lo opuesto a la molicie, a la pasividad. Gracias amigo por recordarnos que es bueno fabricar recuerdos.